
Entre las elecciones presidenciales del 2000 y las de 2024, nueve partidos políticos “aparecieron y desaparecieron de la noche a la mañana”, gracias a que los privilegios otorgados a las fuerzas políticas de creación reciente se duplicaron en el último cuarto de siglo en el país latinoamericano, de acuerdo con una investigación del diario Milenio.
Tan solo de 1996 a 2003, bajo el liderazgo de José Woldenberg, el entonces Instituto Federal Electoral (IFE) repartió más de tres millones 451.995 dólares a cinco partidos que vieron la luz en aquella época: Convergencia por la Democracia, Partido del Centro Democrático (PCD), Partido de la Sociedad Nacionalista (PSN), Partido Alianza Social (PAS) y Democracia Social.
Ya como Instituto Nacional Electoral (INE), con Lorenzo Córdova a la cabeza, el organismo independiente destinó unos 10 millones 733.549 dólares de 2014 a 2023 a tres partidos políticos nuevos: el Partido Encuentro Solidario (PES), Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas (RSP). Todos “perdieron el registro en la elección de ese año al no alcanzar el mínimo requerido de 3% de la votación de la lista nominal de electores”, remarca el medio.
Añade que, tras la reforma electoral de 1996, implementada en el sexenio del priista Ernesto Zedillo, las prerrogativas a las fuerzas políticas de reciente creación “también cimentaron el camino a partidos con liderazgos unipersonales y que sólo han subsistido gracias a sus alianzas con los llamados ‘partidos grandes'”. Tal es el caso del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC). Sputnik
Fuente: https://noticiaslatam.lat/
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