Uruapan, Michoacán.- La presencia del gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, en el funeral del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, desató una ola de reclamos y gritos entre los ciudadanos que acudieron a despedir al edil asesinado la noche del 1 de noviembre.
El mandatario estatal llegó a la funeraria San José acompañado por un fuerte dispositivo de seguridad, situación que encendió el enojo de los asistentes. Entre empujones y reclamos, las voces se alzaron con gritos de “¡Fuera!” y “¡Fue tu culpa!”, mientras algunos intentaban impedirle la entrada. La tensión obligó a los escoltas a abrir paso entre la multitud para que el gobernador pudiera ingresar brevemente al lugar.
Durante su corta estancia, Ramírez Bedolla no ofreció declaraciones ni dirigió mensaje alguno a la población ni a los medios de comunicación presentes. Apenas pasados unos minutos, salió apresuradamente del recinto, protegido por su equipo de seguridad y acompañado del diputado independiente Conrado Paz, en medio de nuevos gritos y consignas.
Entre gritos de ¡"Fuera!" Y acusaciones , Bedolla enfrenta la furia ciudadana en Uruapan pic.twitter.com/La1QPLMVso
— 🚨 EITMEDIA 🚨 (@eitmediaglobal) November 3, 2025
La funeraria permaneció cerrada por algunos minutos tras su partida debido a los ánimos encendidos de los asistentes. Afuera, el pueblo aguardaba la salida del cortejo fúnebre rumbo a la Pérgola Municipal, donde se rendiría homenaje de cuerpo presente al presidente municipal.
A lo largo del recorrido hacia el Centro Histórico, varias personas lanzaron reclamos al Gobierno estatal por la falta de atención a las denuncias de inseguridad que, aseguran, el propio Manzo Rodríguez había hecho antes de su muerte. La despedida del alcalde, que había ganado el respaldo ciudadano por su carácter combativo, se convirtió también en una jornada de protesta y exigencia de justicia.
Con información de Agencias informativas
Video/Foto screenschot: redes sociales
