
El Día Naranja según Noroña: atacar a una viuda porque… ¿por qué no?
Hay patanes y hay ruines. Lo de Gerardo Fernández Noroña ya va en una categoría que merece su propio renglón en el diccionario del cinismo político. Y hoy, justo hoy, en el Día Internacional para Erradicar la Violencia contra las Mujeres, decidió celebrarlo de la única forma que sabe: atacando a otra mujer. No a cualquiera, sino a la viuda del alcalde recién asesinado de Uruapán. De pena ajena no, de país roto.
Mientras medio mundo pedía respeto, memoria y acciones frente a la violencia, el senador de Morena optó por lanzar su rutina habitual de descalificaciones. A Grecia Quiroz, presidenta municipal de Uruapán y esposa del alcalde asesinado Carlos Manzo, la llamó “ambiciosa”, “oportunista” y “fascista”. Para rematar, la acusó de mover intereses políticos por pedir que se investigue al diputado Leonel Godoy como presunto autor intelectual del crimen, algo que también había denunciado la madre de la víctima, Diana Rodríguez.
Noroña, fiel a su estilo de fuego y saliva, volvió a usar las redes para repartir etiquetas y para acusar a la alcaldesa de estar respaldada por la “ultraderecha”. Según él, “la ambición ya se le despertó y va por la gubernatura de Michoacán, se los firmo. Va a ser candidata, pero de ahí a que nos gane hay un mar de distancia, pero es evidente que ella ya está en esa línea”. Una joya más para su colección de pronósticos que nadie pidió.
Lo que sí es evidente es su incapacidad para guardar un mínimo de empatía ante una mujer que apenas va saliendo de un funeral, o quizá eso es pedir demasiado. En un país donde la violencia contra las mujeres cruza todas las estadísticas, el senador opta por golpear desde el privilegio de un escaño que, inexplicablemente, todavía ocupa.
Su actitud encendió reacciones inmediatas. Senadoras lo calificaron de “misógino” y “machista”, y pidieron la intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para proteger a la alcaldesa de Uruapán. No es para menos: si así se comporta un legislador en público, imagínese el viento que sopla en los pasillos.
Carolina Viggiano, senadora del PRI, respondió con la sensatez que Noroña tiró por la ventana. “No podemos esperar otra cosa de un tipo como él. Yo creo que en este país todo el mundo tiene derecho a aspirar y yo creo que la viuda es la que mejor puede conocer el legado de su esposo y si tiene aspiraciones, pues bienvenida”, señaló.
Y ahí está el contraste: mientras un senador se ocupa en insultar, una mujer intenta que el asesinato de su esposo no quede en la sombra. Pero para Noroña, el luto ajeno es una oportunidad para el ataque, la sospecha y su eterna guerra contra imaginarios enemigos “de ultraderecha”.
Qué lamentable que un personaje así siga como senador de la República. Qué lamentable que en un día dedicado a erradicar la violencia contra las mujeres, él haya decidido ejercerla desde el micrófono.
Pero peor todavía: qué lamentable que ya ni sorprenda.




