
Guadalajara, Jalisco, 2025.– El futuro de la inteligencia artificial y su impacto en el trabajo académico fue uno de los ejes centrales en la Cuarta Reunión de la Asociación Mexicana de Bibliotecarios, donde especialistas coincidieron en que esta tecnología será capaz de conectar a investigadores con intereses comunes y modificar de fondo la forma en que se consultan bases de datos.
En el encuentro se destacó que, así como en su momento lo hicieron la imprenta, las máquinas de escribir y posteriormente las computadoras, la inteligencia artificial avanza hacia un papel imprescindible en los procesos de búsqueda y análisis de información. Entre las proyecciones más relevantes sobresale la posibilidad de que los sistemas identifiquen patrones de lectura, tendencias temáticas y vacíos, además de enlazar a especialistas cuando detecten coincidencias en sus consultas.
“Va a ser una base de datos conversacional que no sólo te resuelva lo que estás preguntando, sino que te encuentre vacíos, tendencias de lectura. Como machine learning, la máquina va a empezar a aprender qué es lo que le piden cuando le preguntan de cambio climático”, explicó Jorge Castillo Pimentel, representante de Clarivate. Añadió que las búsquedas permitirán conectar repositorios, autores y que incluso “se habla de que van a empezar a conectarse vía correo electrónico”.
Pese a ello, reconocieron que la resistencia a utilizar estas herramientas se mantiene fuerte, especialmente en el ámbito académico. Profesores han expresado preocupación por una posible pérdida de habilidades entre estudiantes que dependen de manera excesiva de estas plataformas, sobre todo cuando los resultados aún presentan errores o riesgos de plagio.
El consultor Daniel Rangel recordó que ya existen bases de datos que incorporan IA y permiten a los usuarios realizar preguntas directas para obtener información contenida en documentos editoriales. En ese mismo sentido, Alicia Mandujano, representante de De Gruyter Brill, señaló que la inteligencia artificial no debe verse como amenaza para quienes trabajan con acervos, ya que su labor continúa siendo necesaria. Insistió en que el reto es utilizar estas herramientas para generar contenidos fiables. “La IA ya está, entonces lo importante es limitar sus errores, respetar los derechos de autor, evitar sesgos en la información. Si esto se controla, se podrá sacar mucho provecho al acelerar los procesos de investigación”, afirmó.
Rangel apuntó que intentar prohibir el uso de la tecnología entre estudiantes es un error, y planteó la necesidad de enseñar un manejo responsable. Comparó esta dinámica con la de un joven que quiere aprender a conducir una motocicleta: lo adecuado no es impedirle el acceso, sino enseñarle a hacerlo de manera segura. El objetivo, recalcaron especialistas, es formar a docentes capaces de guiar a sus alumnos para que formulen preguntas más profundas y precisas, lo que permitirá obtener mejores resultados y generar nuevos conocimientos.
El encuentro concluyó con el llamado a fortalecer la formación académica frente al avance tecnológico y a establecer criterios que garanticen trazabilidad, respeto a los derechos de autor y confiabilidad en la información en un entorno cada vez más dominado por la inteligencia artificial.
Con información de https://www.fil.com.mx/
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