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El cine y la religión: una relación que nunca ha dejado de incendiar debates

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Ciudad de México.– Desde que el cine comenzó a proyectar historias, los temas religiosos han sido un terreno fértil… y peligroso. Los hermanos Lumière lo comprobaron al llevar a la pantalla Vida y pasión de Jesucristo, y desde entonces cada nueva interpretación del Evangelio ha despertado devoción, rechazo o ambos.

Un reciente análisis de la plataforma Spoiler.mx volvió a poner sobre la mesa cómo directores de distintas épocas han pagado el costo de tocar figuras sagradas o cuestionar estructuras religiosas. Aunque cada película proviene de contextos distintos, todas han vivido intentos de censura, protestas o llamados a boicot.

Uno de los primeros en enfrentar la tormenta fue Pier Paolo Pasolini con El evangelio según San Mateo, estrenada en 1965. Su ateísmo declarado, su filiación marxista y su vida personal fueron utilizados para desacreditarlo incluso antes de que el público viera la cinta. Aun así, voces dentro del propio Vaticano la consideraron una de las interpretaciones más cuidadas del Evangelio.

Años después llegó Jesucristo superestrella, de Norman Jewison, que mezcló música rock, coreografías y estética psicodélica. La reacción fue inmediata: sectores de la Iglesia Católica movilizaron a congregaciones enteras, escuelas y asociaciones para evitar que la gente la viera.

La comedia tampoco escapó a la controversia. El grupo Monty Python desató furia en varios países con La vida de Brian, una sátira donde el protagonista es confundido con el Mesías. Fue prohibida en Irlanda y Noruega, y la discusión llegó a tal punto que la BBC organizó un debate en vivo; décadas después, el episodio sigue siendo material de análisis.

Martin Scorsese también vivió su propio viacrucis con La última tentación de Cristo. La cinta retrata a un Jesús con dudas humanas y deseos terrenales, lo que provocó condenas desde figuras como Juan Pablo II y la Madre Teresa de Calcuta. En Francia, una sala de cine fue atacada con bombas molotov y en Estados Unidos manifestantes bloquearon entradas e incendiaron complejos.

Ya en tiempos recientes, La pasión de Cristo, de Mel Gibson, llevó la controversia a otro nivel por su crudeza. El director tuvo que financiar personalmente la producción ante el rechazo inicial de los estudios. Alrededor de su estreno se registraron incidentes, incluyendo la muerte de una espectadora que sufrió un infarto durante la escena de la crucifixión.

Aunque algunas películas se alejan del relato bíblico directo, siguen generando incomodidad dentro de instituciones religiosas. Títulos como El crimen del padre Amaro, El Código Da Vinci, La duda, Spotlight y Cónclave han puesto en pantalla temas que van desde abusos hasta entramados de corrupción, lo que inevitablemente tensiona la conversación pública.

Según el estudio de Spoiler.mx, El Código Da Vinci y La pasión de Cristo encabezan la taquilla global dentro del cine religioso, demostrando que el público no solo busca versiones reverentes, sino también narrativas que exploren misterios, contradicciones y aristas poco cómodas de la fe.

En premios, la Academia ha mostrado mayor afinidad por historias basadas en hechos verificables y recientes, como ocurrió con Spotlight y su investigación periodística sobre pederastia clerical, o Cónclave, enfocada en los procesos internos del Vaticano.

Después de más de un siglo, queda claro que el cine religioso sigue moviéndose entre la devoción, el debate y la provocación, y que cada nueva interpretación vuelve a encender una discusión que parece lejos de apagarse.

Con información de Spoiler.mx

Eitmedia.mx

Foto: redes sociales