Desde el 2014, las películas de terror están incluyendo cada vez menos sustos con sobresalto –también denominados “jump scares”–, reveló una investigación de The Washington Post, basada en el catálogo “Where’s the Jump”.
Dicho catálogo, detallaron, cuantifica la cantidad de sobresaltos de más de mil largometrajes terroríficos, ya sean ataques inesperados, golpes de puertas, entre otros momentos sorpresa que provocan el famoso “jump scare”.
El año más bajo del recuento sería 1976, puesto que “Carrie” y “The Omen” sólo tenían un sobresalto cada una; mientras que 1981 sería el más alto, debido a cintas que tenían un promedio de un “jump scare” cada cuatro minutos.
Con 32 sobresaltos, el filme del 2013 “Haunting in Connecticut 2” es el que cuenta con más de estos sustos.
Sin embargo, revela la gráfica, a partir del 2014 los sustos con sobresalto en la pantalla grande han sido cada vez menos frecuentes. Tal fenómeno, explicaron, estaría relacionado con el proporcional declive de los remakes.
Según Laura Mee, una maestra veterana de estudios de cine y televisión, los remakes tuvieron su auge entre el 2000 y el 2010, y estos tenían una mayor cantidad de sobresaltos que las versiones originales.
“El horror es muy visceral y también muy subjetivo. Los sobresaltos pueden ser la forma menor de susto para numerosas audiencias. Pero, igualmente, a muchas personas realmente les encanta”, puntualizó Mee.
Además, estos sustos podrían establecer un ritmo más dinámico en la narrativa a través de la liberación de tensión, agregó la experta.
Por su parte, Chris Catt, editora de la revista de terror “Creepy Catalog”, señaló que la reducción de los sobresaltos podría deberse, justamente, a que los públicos ya no disfrutan sustos de relleno que no muevan a la trama en sí.
“Los cineastas tienen que trabajar mucho más duro para hacer que un sobresalto sea efectivo en la era moderna”, concluyó Catt.
Por: Paula Román – eitmedia.mx
Foto: Scream Movies; The Shining; The Exorcist (Facebook)
