Las barajitas
El PRI siempre tiene la razón. La experiencia de gobernar. Del voto corporativo. La operación ratón loco. El rellenado a modo de las actas. Los sufragios de los fallecidos.
Hacer acuerdos con el Revolucionario Institucional, aun como frente opositor, es colocarse en desventaja histórica. Aunque los panistas y los perredistas en poco tiempo aprendieron de su metodología.
La exhibición burda, quise escribir incapacitante, de Marko Cortés, sobre las posiciones negociadas en el plano estatal y nacional, demuestra como se teje el hilado de la torpeza.
Intercambiar barajitas. Tú me das. Obtienes recursos frescos para mantener en activo a tus beneficiarios preponderantes.
Coahuila es solo la punta de una masa de hielo, de las mas altas esferas. Descobijar a Alejandro Moreno tampoco lo hará menos líder. Ya todos ellos se han disciplinado. Volverse indispensable, hasta la zalamería, las vacaciones pagadas para los familiares, los boletos vip en espetaculos monumentales.
Los regalos de sus socios en valores transformadores. Llame residencias, servicio de acompañantes de preferencias notables o ambiguas. Dentro de los catálogos triple AAA de las televisoras.
Construir la siguiente generación de triunfadores. Quien cuenta con mayor representatividad se lleva el premio mayor. En eso, el PRI en Coahuila resulta inamovible.
Mientras los berrinches de un opositor dentro del bloque contrario al gobierno oficialista de la 4T, guiado por Andrés Manuel, se deshace de risa con sus pleitos internos.
Su colección de cromos, tan frágil como inestable, no logra dar la batalla a los candidatos de MORENA para el 2024. Esa es la realidad.
Las migajas son pocas en un pastel tan segmentado, como la legitimidad de Medusa rodeada de serpientes en su cabeza.
