Después de años en el abandono, el andador del río La Silla en Guadalupe comenzó a recuperar su esencia como punto de encuentro y recreación para los habitantes de Jardines de la Pastora.
La iniciativa surgió tras el llamado de los propios vecinos, quienes exigieron atención a un espacio que, aunque alguna vez vibró con la vida comunitaria, había sido invadido por escombros, maleza y residuos peligrosos.
La respuesta no se hizo esperar. Bajo el programa de Reparaciones Urbanas, el Fideicomiso para el Desarrollo Urbano de Nuevo León llevó a cabo una intervención profunda en el tramo que corre entre las avenidas Sendero y Las Torres.
El director de la dependencia, Mauricio Moncada Santoyo, estuvo presente durante los trabajos, que incluyeron limpieza intensiva, desbroce del terreno y retiro de desechos, con la intención de devolverle al río su vocación como espacio público.
Durante semanas, cuadrillas trabajaron en la rehabilitación de más de dos kilómetros y medio del corredor, una zona que diariamente es transitada por ciclistas, corredores y familias.
Las labores no solo transformaron el paisaje, sino que también eliminaron riesgos para los usuarios, al despejar completamente una superficie de más de 10 mil metros cuadrados.
Más allá de una simple mejora estética, el proyecto se enmarca en una visión más amplia del gobierno estatal, orientada a fortalecer el vínculo de las comunidades con su entorno natural. La participación ciudadana jugó un papel central en este proceso.
Para FIDEURB, escuchar a los habitantes fue el punto de partida para una intervención que ahora simboliza algo más: el poder de la colaboración entre sociedad y autoridades.
Con esta transformación, el río La Silla comienza una nueva etapa como espacio vivo, activo y seguro, en el corazón de Guadalupe.
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