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Pese a los esfuerzos, será imposible mantener las temperaturas del planeta en el nivel deseado

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La Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP28) se está celebrando en Dubái: es un buen momento para resumir los resultados provisionales de la lucha contra el calentamiento global y decidir cómo financiar la transición ecológica.

¿Cómo comenzó todo?

En 1997 se adoptó el Protocolo de Kioto, que obligaba a reducir las emisiones de CO₂. Para 2012 iban a reducirse un 5% (respecto a 1990), pero el objetivo no se alcanzó.

En 2015 se firmó el Acuerdo de París con un plan de acción más realista. En él se esbozaban nuevos objetivos: adaptación al cambio climático, evaluación de pérdidas y daños por las consecuencias del calentamiento global.

No había más requisitos estrictos sobre los gases de efecto invernadero. Cada cual fija sus propios objetivos. Fue introducida la llamada financiación climática, es decir, mecanismos para transferir fondos de los países desarrollados a los países en desarrollo y pobres, especialmente afectados por las catástrofes naturales debido a la mala gobernanza y la debilidad de sus economías. Se trata de transferencias por un valor de cien mil millones de dólares al año.

También recibió un reconocimiento el problema de los refugiados climáticos: aquellos cuyas tierras serán inundadas por los océanos. En primer lugar, se trata de Estados insulares, como Tuvalu y Vanuatu. La única manera de ayudarlos es reasentarlos.

¿De qué trata la COP28?

Los firmantes del Acuerdo de París revisan lo hecho y actualizan sus compromisos cada cinco años. La próxima revisión tendrá lugar en 2025. Sin embargo, han decidido resumir los resultados provisionales ya ahora en Dubái. La COP28, la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se dedicó principalmente a esto. En el orden del día figuran dos temas principales: las emisiones y la financiación.

La situación sigue siendo difícil. Este año se batirá otro récord de CO₂ industrial, predice la organización Global Carbon Project. Los bosques tropicales, principal sumidero de gases de efecto invernadero, siguen talándose. Aumentan las subvenciones a los combustibles fósiles y se construyen centrales eléctricas de carbón. Pero la financiación de la lucha contra el cambio climático está aumentando, la pública y privada asciende a 85.000 millones de dólares anuales.

¿Qué pasa con la temperatura?

En conferencias de este nivel, las cuestiones científicas no son el centro de atención. En Dubái, por supuesto, se tocarán, pero solo en sesiones adicionales y mesas redondas. Se considera que el problema ya fue tratado exhaustivamente en los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.

Todavía no se aprecia ninguna tendencia al enfriamiento en el planeta. Este año ha sido el más caluroso jamás registrado, con temperaturas medias 1,4 grados centígrados superiores a las de la era preindustrial. Y los días 16 y 17 de noviembre se superó la marca psicológicamente significativa de los dos grados. Así lo informó el Servicio de Vigilancia Terrestre de Copernicus de la UE. Se trata de un pico temporal, pero estos fenómenos serán cada vez más frecuentes.

En la Organización Meteorológica Mundial están convencidos de que en los próximos cinco años se batirán nuevos récords de temperatura.

“A este ritmo, las temperaturas mundiales superarán los niveles preindustriales en un grado y medio dentro de diez años, y muy probablemente antes”, escriben en la revista británica Nature.

El Niño en el Océano Pacífico, causante de sequías, inundaciones y huracanes, está contribuyendo a ello. Se prevé que el calentamiento alcance entre 2,4 y 2,6 grados a finales de siglo.

Nadie sabe realmente cómo luchar contra el problema. El reto fundamental es el incremento del efecto invernadero, y la principal fuente de antropogénicos de gases de invernadero es el sector energético. El abandono de los combustibles fósiles se lleva debatiendo décadas, durante las cuales fue creado desde cero un vasto sector de energías limpias, pero esto no conlleva una reducción de las emisiones.

Las tecnologías de captura y almacenamiento de CO₂ distan mucho de ser perfectas. La Agencia Internacional de Energía califica esta tendencia de ilusión e insiste en que la propia industria debería desprenderse de los combustibles fósiles y no agravar la crisis climática.

Fuente:https://sputniknews.lat/

CC0 / Unsplash /

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