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Más allá del discurso: los resultados del posicionamiento de AMLO contra la injerencia de EU

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En el discurso que el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció luego de su victoria electoral el 1 de julio de 2018, hizo una breve mención sobre el tipo de relación diplomática que mantendría con Estados Unidos.

“Con el gobierno de Estados Unidos de América buscaremos una relación de amistad y de cooperación para el desarrollo, siempre fincada en el respeto mutuo”, dijo casi al concluir su mensaje. Desde entonces, en repetidas ocasiones, el mandatario se ha pronunciado en contra de cualquier intento injerencista por parte del gobierno de Estados Unidos e incluso ha manifestado su postura tanto al expresidente Donald Trump como al actual ocupante de la Casa Blanca, Joe Biden.

El 14 de diciembre de 2020, por ejemplo, el presidente López Obrador envió una carta de felicitación a Biden por su elección como mandatario de Estados Unidos. “Tenemos la certeza de que con usted en la Presidencia de Estados Unidos será posible seguir aplicando los principios básicos de política exterior establecidos en nuestra Constitución; en especial el de no intervención y autodeterminación de los pueblos“, se lee en el texto del mandatario mexicano.

El hecho de que el presidente mexicano haya tocado el tema de no intervencionismo en la misiva y que constantemente se refiera a la actitud injerencista de EU es “una postura atípica”, aseveró en entrevista con Sputnik el maestro en estudios México-Estados Unidos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Daniel Garay Saldaña.

“No es una postura tradicional que los presidentes hayan tenido durante su política exterior frente a Estados Unidos. Es algo antes no visto; han existido otras expresiones, pero digamos que, de manera aislada, y sí llama la atención definitivamente que, en el discurso, el presidente siempre ha manifestado esta posición en contra de una injerencia, una intervención abierta frente a Estados Unidos”, indicó.

El caso más reciente ocurrió cuando el presidente López Obrador criticó al gobierno estadounidense por el Informe Anual de Derechos Humanos que emitió el 22 de abril el Departamento de Estado, en el que se emiten consideraciones sobre las tensiones con el sistema judicial mexicano, además, se acusan suspensiones de las investigaciones y juicios en contra de personas que presuntamente cometieron homicidios, secuestros o extorsiones.

“Nosotros no emitimos una carta de buena conducta porque no nos corresponde, pero ellos se quedaron con la manía de hace 200 años, desde la doctrina Monroe. Ojalá y eso vaya cambiando porque no les ayuda, están anquilosados en el manejo de su política exterior”, expresó el mandatario mexicano en su conferencia de prensa matutina del pasado 23 de abril.

Al día siguiente, López Obrador incluso acusó que el informe era violatorio del derecho internacional, lo que ocasionó la respuesta del Departamento de Estado de EU, cuyo vocero negó irregularidad alguna.

Del dicho al hecho

La postura del mandatario mexicano no ha quedado solo en el discurso. En enero de 2021, entraron en vigor una serie de medidas para aumentar las restricciones de los agentes extranjeros en el país.

Se retiró por ejemplo cualquier tipo de inmunidad para los elementos de corporaciones extranjeras como la Administración de Control de Drogas de EEUU (DEA, por sus siglas en inglés).

“En las formas se ha limitado la actuación de estos organismos que anteriormente no habían tenido un freno, no habían tenido un límite, y que en esta ocasión sí se ha manifestado que deben regularse bajo ciertas normas para evitar que tengan una actuación de injerencia abierta”, ponderó el especialista.

Otro paso tomado por la actual administración fue la reformulación de la Iniciativa Mérida, un programa de cooperación en materia de seguridad pactado por el gobierno del expresidente George W. Bush con el de su entonces homólogo en México, Felipe Calderón.

El nuevo pacto fue nombrado Entendimiento Bicentenario y, a diferencia de su antecesor, planteó un enfoque más integral en el combate del tráfico de armas y de droga, en vez de centrar la mira en el combate de los grupos delincuenciales.

“Esto se hizo justamente bajo la propia solicitud del presidente López Obrador, que impuso ciertas condiciones para que el acuerdo siguiera, sobre todo pues considerando aspectos más preventivos que de combate frontal al narcotráfico”, detalló el especialista.

Pese a todo, buena relación

La postura que ha mantenido el presidente López Obrador a lo largo de su administración no ha impedido, sin embargo, mantener una buena relación con el gobierno de Estados Unidos.

“El presidente, independientemente de estos reclamos o estas solicitudes frente a Estados Unidos, estas manifestaciones que ha hecho, no significa que se haya peleado con Estados Unidos; la relación sigue, esto no ha impedido los reclamos. Es decir, tal vez en el fondo los acuerdos siguen, pero las formas sí se han modificado”, consideró el analista Garay Saldaña.

La consideración no es menor, México es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, además, es clave para atender los flujos migratorios que llegan a su territorio.

Ante este panorama, Garay Saldaña advierte que la próxima administración tendrá el reto de marcar los límites con el gobierno estadounidense a la par de fomentar la relación armoniosa. Esto adquiere especial importancia ante un posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.

Fuente:https://latamnews.lat/

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