Las deudas de la felicidad
Mantiene el mismo índice de defunciones. Quien usa drogas en los Estados Unidos de América muere al mismo ritmo del año 2023.
Portabilidad del jinete del apocalipsis. Consumir las sustancias de los carteles internacionales de Sudamérica y México, derivados o añadidos con la molécula del fentanilo elimina toda una generación de consumidores.
Hartos de la vida al abismo, fuera del sistema multichambismo. En los antros sofisticados. Barrios de alta marginación. Los nacidos y apoyados con los vales de comida del gobierno.
Muchos jóvenes de los suburbios vandalizados en vagabundos de la necesidad por la siguiente dosis. La buena. Para volar directo a la bolsa negra de los servicios forenses. Nacieron en blancos, anglosajones y protestantes. Cohabitan en tiendas de campaña al lado del migrante sin hogar.
Comen cada tres o cuatro días, si recuerdan la necesidad de alimento. Roban las monedas de los transeúntes. Sus familiares les dan por perdidos o desaparecidos por voluntad propia.
Dinero de sangre viaja al sur de la frontera. Droga de sangre viaja al norte de la frontera. Ganchados no pueden soltar el anzuelo. El tiburón de la felicidad momentánea carcome toda la silueta de los arrastrados al escombro.
Peste del siglo XXI. Hace tanta falta amor para tanto usuario de ansiedad.
Nada de ropa de marca. Ningún sueño por recortar para el futuro. Fantasmas de la prostitución en las zonas de descanso. A lo largo de la carretera también el diler les lleva producto.
Avanza la destrucción. Cabalga la severa tormenta eléctrica de defunciones. Sin rostro. Sin futuro.
