Ana Delicado Palacios
Buenos Aires.- El presidente de Argentina, Javier Milei, está eufórico con un nuevo Gobierno estadounidense presidido por Donald Trump (2017-2021) al considerar que puede erigirse como la principal referencia del líder republicano dentro de América del Sur, analizó para la Agencia Sputnik el historiador Leandro Morgenfeld.
“Milei está exultante con el triunfo de Trump; de hecho está esperando una comunicación, incluso se especula con que puede llegar a viajar a EU, al imaginarse como un interlocutor privilegiado en América del Sur”, señaló este académico argentino, profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El mandatario argentino fue uno de los presidentes que se expresaron públicamente a favor de la candidatura del líder republicano, al punto de que en febrero acudió en Washington a la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) para exhibir su respaldo a Trump cuando éste ya se presentaba como el principal opositor al Gobierno de Joe Biden.
Durante el segundo mandato presidencial de Trump, que dará comienzo el 20 de enero, es de esperar con Milei una relación de mayor afinidad si cabe, habida cuenta de la subordinación total a EU que ya mostró el presidente argentino frente al saliente Gobierno demócrata, explicó el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y autor de Nuestra América frente a la doctrina Monroe (2023).
“Eso va a continuar, y Milei va a aprovechar la afinidad ideológica para seguir con la batalla cultural, que es la lucha contra las minorías, los feminismos y cualquier tipo de regulación de la economía por el Estado; la negación del cambio climático y el ataque a lo que era la Agenda 2030 de Naciones Unidas”, señaló en alusión a los objetivos de desarrollo sostenible a los que se comprometieron 195 países en 2015.
MULTILATERALISMO EN DECLIVE
En cuanto a la importancia que le asignará Trump a los ámbitos multilaterales, Morgenfeld puntualizó que el magnate “se recuesta sobre cierta tradición de sectores aislacionistas en EU”, como demuestran las críticas que sostuvo durante su primera gestión respecto a la función de los organismos internacionales.
A la retirada de Estados Unidos de algunas instituciones pertenecientes al sistema de Naciones Unidas, se suma la postura crítica que mantuvo el líder republicano en relación a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), al reclamar que los miembros europeos aumentasen sus presupuestos militares para que su país no tuviera que sostener financieramente al bloque.
“Trump prefiere las relaciones bialterales, por eso no va a promover acuerdos de libre comercio, y por eso durante su primera presidencia, enterró las negociaciones para ratificar el acuerdo trasatlántico y el acuerdo transpacífico, lo que genera mucha preocupación entre Gobiernos de la Unión Europea que esperaban una continuidad del Gobierno de Biden con su vicepresidenta, Kamala Harris”, profundizó Morgenfeld.
Por eso uno de los posibles secretarios de Estado en el próximo Gobierno de Trump es el senador Marcos Rubio, proclive a una política de endurecimiento de América Latina en su competencia con China y a atacar de forma frontal a Venezuela, Cuba y a otros Gobiernos que no se alineen a las directrices estadounidenses.
VOTO LATINO
Si bien Trump obtuvo 3,2 millones de votos menos que en los comicios de 2016 que lo llevaron por primera vez a la Casa Blanca, se ha fortalecido su apoyo entre el electorado hispano, en su mayoría de tendencia demócrata, dentro de un territorio que alberga a más de 60 millones de personas de origen latinoamericano, de las cuales 35 millones están en condiciones de votar.
“Esto puede parecer paradójico por la prédica xenófoba y racista y por los comentarios brutales de Trump contra inmigrantes hispanos, pero hay que diferenciar entre la población de origen hispano y los inmigrantes actuales, pues hay muchos que tienen, segunda, tercera o hasta cuarta generación en EU, y su origen étnico no define su voto”, matizó el académico.
De hecho, los latinoamericanos no votan por sus definiciones de clase, de género, de orientación política, o por el posicionamiento de Trump contra Cuba y Venezuela, por más que haya una comunidad hispana muy relevante en Florida, aclaró Morgenfeld.
“Las políticas identitarias y la correlación de voto con políticas identitarias que promueve el Partido Demócrata entró en crisis y hay muchos hispanos que están de acuerdo con el endurecimiento de los controles fronterizos o con una deportación masiva de los indocumentados”, ejemplificó el historiador.
UCRANIA DEBILITADA
El presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, apostaba por la victoria de la candidata demócrata a la presidencia para continuar recibiendo financiamiento y apoyo de la OTAN en su guerra contra Rusia.
Trump, en cambio, aseguró durante la campaña electoral que con él no hubiera comenzado la guerra y que iba a sentar a negociar al presidente ruso, Vladímir Putin, y a Zelenski en pos de la paz.
“Hay una expectativa con eso, porque si EU corta el flujo de ayuda financiera a Ucrania, va a forzar al actual Gobierno a sentarse en la mesa de negociaciones y a terminar con la guerra”, remarcó Morgenfeld.
En un porcentaje muy relevante, la población de EU está hastiada de destinar millones de dólares para sostener una guerra que no termina nunca, añadió el historiador.
“La experiencia de EU de iniciar en el siglo XXI guerras o intervenciones que no puede terminar, como el caso de Irak, Libia, Siria y Afganistán, muestra que la crítica a la acción de la OTAN y al apoyo irrestricto a Zelenski tiene un relativo apoyo, más allá de que está por estudiarse cuánto las posiciones internacionales de los candidatos influyen en el voto”, ilustró.
Con estos resultados, el Gobierno ucraniano tiene motivos para preocuparse.
“Cuando Trump ganó en 2016, se reunió varias veces con (el exsecretario de Estado Henry) Kissinger, que planteaba una cuestión estratégica: intentar evitar que Rusia y China potenciaran sus vínculos, por lo que le recomendó un acercamiento a Moscú para confrontar con China”, evocó Morgenfeld.
Esta propuesta fue resistida dentro de distintos sectores con poder de EU, incluso emergieron las acusaciones de supuestas injerencias rusas en las elecciones presidenciales de 2016 en favor de Trump.
El Gobierno demócrata de Joe Biden, por el contrario, ejecutó una política de expansión de la OTAN “que terminó provocando la reacción de Rusia y la intervención en 2022 en el este de Ucrania”, contextualizó el docente universitario.
“Si Trump tendrá posibilidades de negociar con Putin, lo sabremos, pero el enfrentamiento abierto entre los países de la OTAN y Rusia lo que hizo fue empujar a Rusia hacia China, que ahora tiene una alianza más fuerte que nunca, ampliada al Grupo BRICS y a otros actores”, indicó.
Prueba de ello fue la cumbre de esta asociación comercial, originalmente integrada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, a la que asistieron más de 30 jefes de Estado de todo el mundo.
“Esa estrategia fallida de EU es lo que se intenta revisar, aunque es un signo de interrogación si esto lo va a poder llevar adelante el propio Trump”, concluyó Morgenfeld.
Trump se proclamó vencedor de las elecciones presidenciales del martes al superar más de los 270 votos en el Colegio Electoral que necesitaba para ser declarado presidente electo. (Sputnik)
Fuente: https://noticiaslatam.lat/
eitmedia.mx