Nepotismo y aranceles, la hipocresía en su máxima expresión
En un giro que confirma lo que ya muchos veían venir, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, ha anunciado la inminente aplicación de aranceles contra México y Canadá a partir del próximo martes 4 de marzo. Con esto, la administración estadounidense ratifica su postura de presión comercial bajo el argumento de que, a pesar de los esfuerzos de sus socios, el fentanilo sigue ingresando a su territorio.
La declaración de Lutnick no deja espacio a dudas: “Van a haber aranceles el martes para México y Canadá; cuáles serán, dejaremos que el presidente y su equipo lo negocien”. Con este anuncio, queda claro que, para Estados Unidos, el problema de las drogas ha encontrado un conveniente chivo expiatorio en sus aliados comerciales, sin importar las medidas que estos adopten.
Mientras tanto, en territorio nacional, el descaro de los políticos mexicanos sigue sorprendiendo. El senador morenista Félix Salgado Macedonio, uno de los personajes más controversiales de los últimos sexenios, ha manifestado su molestia por las nuevas reglas de Morena en contra del nepotismo y la reelección rumbo a 2027.
En un intento de justificación tan burdo como predecible, el senador señaló que otros políticos con parentesco en el poder podrán contender sin problema alguno, mientras que él se ve afectado por pertenecer a Morena.
“A ver, la senadora Ruth González (esposa del Gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo) va a ser candidata por el Verde con todas las de la ley, y el de Zacatecas (Saúl Monreal, hermano del Mandatario estatal, David Monreal) va a ser candidato por el PT y el Verde con todas las de la ley”, reclamó Salgado, dejando en evidencia la persistencia del compadrazgo político que tanto ha desprestigiado a la clase gobernante.
Pero la verdadera perla de sus declaraciones radica en su patético intento de victimizarse. “Yo apoyo todas las propuestas de la Presidenta (Claudia Sheinbaum) pero cómo me han fregado”, lamentó. Como si el hecho de que su hija, Evelyn Salgado, sea gobernadora de Guerrero no fuera ya suficiente evidencia de la dinastía política que pretende instaurar.
El senador, con una actitud digna de quien se cree dueño de un cargo público por derecho hereditario, alega que la Constitución le otorga el derecho de ser votado, ignorando por completo el clamor ciudadano por poner fin a las prácticas de nepotismo que han lacerado la democracia mexicana.
En este panorama, tanto la política interna como la relación internacional de México están marcadas por la hipocresía. Por un lado, un gobierno estadounidense que exige resultados en el combate al narcotráfico mientras impone medidas punitivas a quienes considera sus aliados. Por otro, políticos nacionales que, cuando se ven afectados por las propias reglas de su partido, olvidan su discurso de justicia y cambio para aferrarse a un poder que consideran de su linaje.
El pueblo mexicano está cansado de estas prácticas. Y aunque las nuevas reglas de Morena puedan parecer un avance en el combate al nepotismo, la reacción de personajes como Félix Salgado Macedonio demuestran que la lucha por erradicar estas costumbres será larga y complicada.
Mientras tanto, los ciudadanos seguimos observando, esperando que, alguna vez, la política deje de ser un juego de privilegios y pase a ser un verdadero ejercicio de representación y servicio. -Claro incluyendo gobiernos sin corrupción.
