
La Habana.- Luego de casi 48 horas de apagón debido a un nuevo colapso en la red energética de Cuba, los habitantes de varios barrios de La Habana lidian con la posible descomposición de sus alimentos refrigerados, mientras conseguir pan se vuelve una compleja misión, según constató la Agencia Sputnik.
“Después de una larga cola (fila), hoy pude comprar el último paquete de pan que estaban vendiendo en un negocio particular cerca de la casa: ya antes del apagón, debido a la falta de harina, lo vendían a 350 pesos (el salario mínimo en Cuba ronda los 2.100 pesos) y traía solo ocho panes”, contó a esta agencia Maricela Pereira.
Respirar profundo y tratar de seguir adelante es el consejo de esta psicóloga que tiene a su cuidado a su madre, una anciana de 95 años, y que desde el jueves no recibía agua en su hogar: “hoy fue que pude llenar los tanques”, relató.
Varios municipios de esta capital, como Arroyo Naranjo, Cerro y Diez de Octubre, aún reportan problemas con el abastecimiento de agua debido a que la falta de electricidad imposibilitó poner en funcionamiento varias estaciones de bombeo.
En la periférica barriada de Luyanó, el servicio eléctrico se restableció en la tarde noche del domingo y ya desde el jueves, el agua no llegaba a los hogares, relató Bárbara Díaz, ama de casa.
Cerca de la antigua Fábrica de Cigarros, en la Calzada de Luyanó, varias personas salieron a protestar el domingo a la calle y no demoraron en llegar autoridades del Gobierno con cuatro camiones cisternas para abastecer a los vecinos, lamentó Díaz, a cuya cuadra no llegó el auxilio estatal.
Díaz tuvo que ir el sábado a casa de su hijo, en una barriada cercana, para llevar los alimentos que tenía en su nevera, los cuales se estaban descongelando: “mi hijo tiene una planta eléctrica y con eso vamos resolviendo”, dijo.
Algunas Mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas) y centros de trabajo que cuentan también con pequeñas plantas generadoras permitieron a los vecinos cargar sus celulares y lámparas, añadió.
EL PAN DE CADA DÍA
La semana comenzó en La Habana con la visión de largas filas en las panaderías estatales y privadas, para comprar un alimento que, por su versatilidad, se antoja una especie de salvavidas para la población ante la dificultad para cocinar y conservar otros.
Debido a la falta de corriente, muchas panaderías estatales no pudieron trabajar durante el fin de semana: conseguir el pan para el desayuno y las meriendas de los niños “se ha convertido en una odisea”, expresó Francisco Pérez, un antiguo repostero de una cadena estatal.
Por suerte, el domingo en la mañana comenzaron a poner la corriente en algunas localidades de La Habana y “pudimos llevar a la casa de mi suegra algunos alimentos que se estaban descongelando, de lo contrario, los íbamos a cocinar en una gran caldosa”, comentó.
Más allá de las iniciativas individuales y la eterna apelación a la resiliencia de los cubanos, esta nueva crisis energética en la isla generó múltiples cuestionamientos en redes sociales y espacios públicos, dirigidos a una respuesta estatal que muchos consideran, cuando más, insuficiente.
“¿Cuántas desconexiones más nos tocará vivir? ¿Por cuántos meses –años – habrá que convivir con el apagón cotidiano y este gigante que de cuándo en cuándo nos saluda? (…) ¿Hasta dónde en la situación actual llega el impacto del bloqueo y dónde empiezan los errores de planificación?” se cuestionó en redes sociales Fabio Fernández, profesor de la Universidad de La Habana.
UN PROBLEMA DEMASIADO FRECUENTE
Si bien hace años Cuba padece problemas con el suministro eléctrico, largos apagones que afectaban principalmente a las provincias del interior, las desconexiones totales del Sistema Energético Nacional (SEN) eran una rareza que, en los últimos meses, se ha repetido con demasiada frecuencia.
La más reciente ocurrió el pasado viernes, y recién a finales del domingo comenzó a restablecerse el servicio eléctrico en la mayor parte de La Habana, así como en el resto del país.
Ante la circunstancia, las autoridades suspendieron las clases este lunes en las provincias de Pinar del Río, Artemisa y Mayabeque (oeste), mientras el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, agradecía en redes sociales a los cubanos por su “comprensión en las horas de incertidumbre y malestar”.
Según recientes reportes de la Unión Nacional Eléctrica, la generación actual en Cuba apenas superaba los 1.300 de los 3.000 megavatios (MW) diarios que promedio demanda el país.
El Gobierno cubano achaca la actual crisis energética a la persecución financiera de EEUU y los obstáculos para adquirir combustibles y equipamiento para el abastecimiento, mantenimiento y modernización de una red de centrales termoeléctricas con varias décadas en explotación, y con maquinaria obsoleta. (Sputnik)
Fuente: https://noticiaslatam.lat/
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