Entre alertas de salud, mercados inestables y promesas millonarias: ¿a dónde mira Nuevo León?
Mientras en Tamaulipas la preocupación crece por un brote de tosferina que ya cobró la vida de dos personas —ambas menores—, aquí en Nuevo León la pregunta que flota en el aire es si estamos realmente preparados para enfrentar una situación similar. El llamado de las autoridades tamaulipecas a vacunar con urgencia a la población infantil debería sacudirnos del letargo preventivo.
No se trata de alarmar, sino de asumir responsabilidades. La salud pública no puede seguir reaccionando después de los hechos. ¿Dónde están nuestras cifras? ¿Cuál es el verdadero estado de vigilancia epidemiológica en Nuevo León?
Pero mientras las enfermedades reaparecen y la salud pública emite alertas, en otro frente el escenario es igualmente inquietante: el financiero. Las tensiones comerciales desatadas por nuevas medidas arancelarias en Estados Unidos —con el presidente Trump en su enésima cruzada proteccionista— han vuelto a sacudir los mercados mundiales.
El desplome de los índices bursátiles, incluido el venerado S&P 500, es solo un síntoma de un malestar más profundo que sigue arrastrando a la economía global. Y aunque el Nasdaq logra tímidas ganancias, el panorama sigue siendo frágil. ¿Cuánto pueden aguantar las economías locales ante un entorno internacional que no ofrece garantías?
En medio de estos contrastes, aparece Samuel García en el escenario con su gira europea y los reflectores puestos sobre una promesa monumental: más de dos billones de dólares en inversión directa para Nuevo León.
Es, sin duda, una cifra que suena bien —y que de concretarse— podría colocar al estado en un lugar privilegiado frente al resto del país. Empresas de renombre internacional han mostrado interés en instalarse aquí, y los miles de empleos que se prevén son motivo de celebración. Aunque todavía está por verse que lleguen. Mientras otros, nada más incrementaran su inversión en casa.
