Una alianza inédita entre la comunidad cristiana evangélica y el Gobierno de Nuevo León permitirá que pastores, sus familias y feligreses sin seguridad social accedan a servicios médicos gratuitos en toda la red hospitalaria estatal.
El anuncio fue realizado por la Asociación Ministerial Evangélica en el Estado, que detalló el resultado de un proceso de diálogo con autoridades estatales. Alfredo de Hoyos, presidente de la Asociación, calificó el convenio como un acto de sensibilidad por parte del Gobierno estatal. “A través del secretario general de Gobierno, Javier Navarro, se abrió un programa que ya existía y se puso al alcance de quienes servimos desde nuestras iglesias”, expresó.
El acceso incluirá atención de primer a tercer nivel en 386 unidades de salud, 12 hospitales generales y 41 unidades especializadas del estado. Las personas interesadas deberán presentar una identificación oficial y comprobante de domicilio para obtener una credencial que les permita recibir atención médica.
Durante la rueda de prensa, De Hoyos subrayó la importancia del acuerdo: “Este paso significa una mayor colaboración entre Iglesia y Gobierno, con el propósito de contribuir al bienestar y la paz social en nuestro Estado”.
Lo acompañaron representantes de distintas organizaciones como Felipe Hernández, de la Comisión Política de la Alianza Ministerial Estatal; Juana María Escalona de Arizpe y Florencio Arizpe Suárez, líderes de la Alianza de Pastores de Guadalupe; Elizabeth Gutiérrez, de la Alianza de Mujeres de Reino; y Óscar Jiménez, del Centro de Fe, Esperanza y Amor. En conjunto, estas agrupaciones representan a cerca de dos millones de creyentes en el estado.
En medio del escenario político cambiante, la Asociación reiteró su deseo de que se mantenga el respeto y la apertura hacia su comunidad. “La iglesia evangélica en el estado de Nuevo León representa un porcentaje muy alto de personas; estamos hablando de casi dos millones de creyentes”, señaló De Hoyos.
Frente a la posibilidad de relevo de funcionarios, enfatizó que la organización no se pronuncia sobre temas partidistas. “Si Dios lo mueve, y nosotros somos creyentes en la escritura que dice: ‘Dios pone reyes y quita reyes’. Si Dios lo puso y lo va a quitar, pues a Dios sea la gloria”, expresó.
Respecto a un posible uso político del grupo, descartó cualquier temor. “El grupo evangélico tiene muchas cabezas; no es que tomes a uno y tomes a todos. Tendría que ser una labor de entendimiento distinto. No tengo temor a ser usado en ningún tiempo”, afirmó.
Por último, De Hoyos hizo un llamado al respeto y a la libertad de culto. “Nos gustaría mucho que, dentro de la sociedad, que es diversa, los principios que nosotros tenemos pudieran ser también permitidos y respetados”, dijo. “Queremos tener voz, voto y ser respetados en nuestras creencias, tal como respetamos otras tendencias”.
El acuerdo representa no solo un avance en materia de salud para miles de personas, sino también un gesto de entendimiento entre Gobierno y comunidades de fe en uno de los estados con mayor presencia evangélica del país.
