Andrés Pérez de Lara tuvo que batallar cada vuelta en el desafiante óvalo corto del Indianápolis Raceway Park, donde este viernes se corrió la décimo sexta fecha de la NASCAR Truck Series. El piloto mexicano, al mando de la camioneta #77 del Spire Motorsports, cerró en la vigésima tercera posición en una jornada que dejó más aprendizaje que gloria.
Aunque el inicio prometía con un octavo lugar en la práctica, la suspensión de la calificación lo mandó a largar desde el décimo noveno puesto, en una carrera de 200 giros marcada por una sorprendente limpieza: apenas una bandera amarilla por incidente.
El ritmo de carrera le pasó factura desde temprano. Tras perder posiciones en el primer tramo, Pérez de Lara ya estaba lapeado hacia la vuelta 50. Aun así, logró mantenerse en pista, recuperó algo de terreno en los segmentos finales y terminó a dos vueltas del líder, pero con la satisfacción de cruzar la meta con el coche intacto.
“Nos faltó velocidad en el óvalo corto. En la práctica habíamos estado bien, pero perdimos mucha distancia en relativamente pocas vueltas. El grupo puntero venía en otra carrera y fuimos lapeados muy rápido. Cerramos bien, pero tenemos mucho que mejorar en las siguientes carreras”, reconoció el joven piloto de Escudería Telmex Telcel.
Con este resultado, Pérez de Lara buscará reagruparse y ajustar estrategia rumbo a la próxima fecha de la temporada, programada para el viernes 8 de agosto en el circuito de Watkins Glen, donde la serie de camionetas de NASCAR volverá a la acción tras un breve receso.
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