
La historia entre Javier Aquino y Tigres terminó lejos de una despedida en la cancha. El jugador, uno de los símbolos felinos de la última década, confirmó su salida envuelto en lágrimas y con la voz quebrada, el mismo día en que se supo que no hubo acuerdo con la directiva para extender su permanencia en el club donde construyó una trayectoria llena de títulos y momentos inolvidables.
Tras diez años en la institución, Aquino recurrió a redes sociales para explicar que el rompimiento no tuvo que ver con dinero, plazos o edad. Lo que lo hirió, dijo, fueron las formas. Mencionó que jamás sintió que le ofrecieran una verdadera oportunidad para quedarse y que esa falta de claridad marcó el momento más doloroso de su carrera. “No se trata de dinero, se trata de las formas, no son las formas, nunca me dieron la opción de quedarme, eso fue lo que me dolió”, expresó con evidente tristeza.
Fuentes del club señalaron que Tigres le había puesto sobre la mesa un contrato de seis meses sin aumento salarial y con la intención de reducirle aún más sus percepciones. Sin embargo, la negociación se enfrió y el acuerdo terminó por romperse. Se afirma que el jugador no aceptó las condiciones, aunque también circuló la versión no confirmada de que estaba dispuesto a una disminución significativa de sueldo antes de que la directiva retirara la oferta.
En su mensaje, Aquino insistió en que su salida no obedecía a un tema económico. “Gracias mis Tigres, tampoco me iba a quedar en un lugar donde no me quieran y siempre voy a ser Tigre, los voy a ir a apoyar cada 15 días, no quería dejar pasar la oportunidad de que mi historia la contaran de otra forma y no quiero que piensen que es por dinero, mi vida se rige por mucho más que dinero”. Sus palabras dejaron ver la mezcla de decepción y lealtad que lo acompañará tras su despedida.
El jugador lamentó que la ruptura se diera lejos del césped. Dijo que deseaba despedirse frente a la afición, abrazar a sus compañeros y cerrar un ciclo que marcó su vida profesional. “Quisiera que hubiera sido en la cancha, salir y agradecerles a todos, despedirme de mis compañeros, decirles que estoy orgulloso de haber compartido cancha con ellos, los quiero mucho”.
También reveló la sensación de distancia que percibió por parte de la directiva en los últimos días. “Pero siempre era por un ladito, cuando les hablaba me contestaban de ladito, por un lado, mañana, después, me hubieran dicho antes para despedirme, no es una queja, ha sido un día muy complejo para mí”, confesó, dejando entrever el desgaste emocional que vivió durante el proceso.
La salida de Aquino marca el final de una época para el club. En su paso por Tigres acumuló cinco títulos de liga, una Concachampions, cuatro Campeón de Campeones y dos Campeones Cup, además de 442 partidos, 30 goles y 58 asistencias. Hoy, sin embargo, su despedida no se cuenta con medallas, sino con un adiós que él mismo describió como el capítulo más duro de su carrera.
Especial-eitmedia.mx
Video/Foto: screenschot: Javier Aquino




