viernes, 14 febrero 2025
7 C
Monterrey

El 20% de las tiendas de armas en EU se concentrarían en la frontera con México

Últimas Noticias

Ricardo Perez

En tan solo cuatro estados de EU, Arizona, California, Texas y Nuevo México —todos ellos fronterizos con México— hay más de 9.000 establecimientos en los que venden armas, y una gran parte de ellas son de alto poder de fuego, de acuerdo con una investigación de la Universidad George Washington en Estados Unidos.

Según esta investigación —dirigida por el internacionalista y politólogo Omar García-Ponce—, el estado que concentra más expendedores de armas es Texas, especialmente en las ciudades de San Antonio y Houston, a unos kilómetros de la frontera con el estado mexicano de Tamaulipas.

En entrevista con Sputnik, García-Ponce asegura que las tiendas de armas en la frontera con México crecieron “significativamente” en los últimos 20 años a partir del levantamiento de la prohibición de rifles de asalto en la mayoría del territorio estadounidense.

A decir del también egresado del Colegio de México, en los últimos 10 años se abrieron aproximadamente unos 1.000 locales expendedores de armas en estos cuatro estados fronterizos con suelo mexicano.

García-Ponce presentó esta semana un mapa con base en datos de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), en el que ubicó todas las tiendas de venta de armas en los estados fronterizos con México, donde se puede observar una alta concentración de los establecimientos en Texas.

Según el investigador, en todo Estados Unidos existen unas 50.000 tiendas de armas, de las cuales 9.000 se encuentran en Arizona, California, Nuevo México y Texas, y alrededor de 5.000 son en este último estado gobernado por el republicano Gregg Abbott, un férreo defensor del derecho a la portación de armas en Estados Unidos.

Es decir, los cuatro estados fronterizos con México concentran el 20% de todas las tiendas de armas en Estados Unidos o de las licencias para vender armas en ese país.

“Lo que quería resaltar no es solo que hay muchas tiendas de armas y que están muy cerca de la frontera con México, sino que son tiendas donde se pueden comprar rifles semiautomáticos, por ejemplo”, señala el analista.

“Un AK-47 u otras armas que son de alto poder, y que son muy populares entre los grupos del crimen organizado, evidentemente terminan, muchas de ellas, en manos de del narcotráfico”, puntualiza.

Autoridades mexicanas y estadounidenses estiman que, aproximadamente, se trafican 200.000 armas anuales de Estados Unidos a México.

En el reciente enfrentamiento diplomático entre México y Estados Unidos por la imposición de aranceles al país latinoamericano —y que luego fueron echados para atrás de forma temporal—, el presidente Donald Trump argumentó que México no ha hecho lo suficiente para detener el flujo de drogas como el fentanilo hacia su vecino del norte. Además, sostuvo sin pruebas que hay un contubernio entre el Gobierno mexicano y los grupos del crimen organizado, algo que la Administración de Sheinbaum ha negado categóricamente.

De hecho, Sheinbaum dijo que, si hay una alianza, esa es la que tienen con los vendedores de armas en Estados Unidos con los grupos delincuenciales en México.

“Si en algún lugar existe tal alianza es las armerías de Estados Unidos que venden armas de alto poder, sí, de alto poder que son de uso exclusivo del ejército de ellos, a estos grupos criminales”, comentó la mandataria latinoamericana.

Sheinbaum citó un informe de la ATF que señala que el 74% de las armas recuperadas en México y relacionada con crímenes en este país proviene de la industria armamentística estadounidense.

En este reporte, la ATF señala que, aunque las armas criminales recuperadas en México provienen de todos los estados de EEUU, en 2023, la mayoría de las armas de fuego rastreadas recuperadas en México provinieron de Texas (43%), Arizona (22%) y California (9%).

“Los cárteles se están armando a través de los canales de tráfico de Estados Unidos: cinco canales de Estados Unidos a México representaron el 32% de todas las armas criminales recuperadas que fueron rastreadas hasta un comprador. El más importante fue el de Arizona a Sonora, seguido de los de Texas a Tamaulipas, Texas a Nuevo León, Texas a Chihuahua y Texas a Guanajuato”, señala la agencia de EU en su informe publicado el pasado 8 de enero.

“Mucho de este tráfico es tráfico hormiga, es decir, no son contenedores con cientos de armas, sino que son armas compradas legalmente por ciudadanos estadounidenses y que terminan en manos de criminales en México por una cadena de venta de escala —en términos agregados de escala muy grande—, pero la operación en términos de logística es contrabando de volumen pequeño”, explica García-Ponce.

Un asunto en litigio

El Gobierno de México presentó desde 2021 demandas en Boston y Arizona tanto contra fabricantes de armas como contra vendedores de éstas, bajo el argumento de que dichas empresas cometen negligencia al vender armas que, al final, acaban en manos del crimen organizado que opera en suelo mexicano.

La demanda en Boston fue la primera demanda presentada por un Gobierno nacional contra la industria armamentística en Estados Unidos, mientras que la demanda presentada en Arizona es la primera demanda civil presentada por un Gobierno nacional contra vendedores de armas en Estados Unidos.

En sus demandas, México argumenta que los vendedores no cumplen con el debido cuidado al que están obligados, causan daño previsible, usan publicidad engañosa y tendenciosa, venden armas que se modifican y transforman en armas automáticas, causan alteración al orden público y violan leyes estatales y federales, “lo que causa un daño mayúsculo en territorio mexicano”.

El país latinoamericano también señala que las empresas fabricantes son negligentes por no monitorear ni disciplinar a los vendedores que comercian sus productos.

Enfrentamiento estéril

Para García-Ponce, el conflicto diplomático avivado por la amenaza de los aranceles de EU a México aleja a la nación hispanohablante y a Washington de encontrar una solución bilateral de fondo a los problemas de violencia e inseguridad y de consumo de drogas como el fentanilo.

Según el experto, una posible solución tendría que pasar por una estrategia de seguridad en la que exista la cooperación de ambas naciones, pero que también impulse una agenda de fondo, contra el masivo consumo de drogas en Estados Unidos, donde ya es un problema de salud pública.

“Mientras la demanda [de drogas] no se reduzca [en EU], mientras exista un mercado para el consumo, será realmente muy difícil combatir al crimen organizad en México o en Estados Unidos, porque además las drogas no se distribuyen solas: hay también una red criminal en Estados Unidos que permite que se vendan por las todas las ciudades y las zonas rurales”, explica.

García Ponce considera que si los cárteles de la droga son tratados como “organizaciones terrorista” por parte de Estados Unidos, entonces esas células delictivas podrían empezar realmente a comportarse como grupos terroristas, “y entonces ya estaríamos hablando de un conflicto de mayor magnitud”.

“Creo que lo que el Gobierno de Estados Unidos ha hecho hasta ahora es empujar más hacia una confrontación, en la que no existe mucha cooperación, sino más bien mucha imposición por parte del Washington”, señala.

“Y eso eventualmente dudo que ayude a México o a Estados Unidos en términos de erradicar el narcotráfico, disminuir la violencia y aminorar las muertes en la sociedad estadounidense por consumo de drogas”, concluye el académico.

Fuente: https://noticiaslatam.lat/

eitmedia.mx