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Cancelan proyecto hotelero que amenazaba deforestar selva en península mexicana de Yucatán

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Ciudad de México.- Un megaproyecto turístico que se construiría en la selva de Yucatán, sureste de México, fue suspendido por inversores del Grupo Xcaret, mediante notificación a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (Semarnat), anunció el martes la organización ecologista Greenpeace.

“De acuerdo con la resolución que se hizo pública en la Gaceta Ecológica de la Semarnat, el pasado 2 de agosto de 2024 la autoridad dio por concluido el procedimiento debido a que la empresa desistió de seguir adelante con su proyecto de destrucción a través de un escrito presentado el 26 de julio”, anunciaron los ambientalistas en un comunicado.

La organización ecologista alertó el 23 de julio del impacto ambiental que representaba el megaproyecto turístico, por el riesgo de un proceso de deforestación de la zona selvática del municipio Santa Elena (Yucatán), en casi 160 hectáreas de la reserva natural, que implicaría talar alrededor de 165.000 árboles.

“Es una victoria para la selva maya y la gente: ¡Xcaret desistió!”, celebra la organización internacional.

La resolución dio por concluido y archivado el procedimiento de evaluación de impacto ambiental y de cambio de uso de suelo en terreno forestal solicitado por la empresa denominada Alto Comercializadora y Operadora Turística, indica el informe.

Las obras se planificaron para dos terrenos selváticos aledaños a la zona arqueológica de la cultura maya en Uxmal, cuya propiedad está registrada a nombre de los hijos del director de Grupo Xcaret, el empresario Miguel Quintana Pali, según Greenpeace.

BATALLA AMBIENTALISTA

El 19 de julio pasado, los ecologistas presentaron un documento a la Semarnat federal, con varias alertas sobre los impactos ambientales del proyecto.

Esgrimieron que su autorización representaría una apertura para la urbanización de la selva maya, con “nulas medidas para evitar el riesgo de especies amenazadas, incapacidad de probar que el acuífero no sería afectado”.

También argumentaron una incompatibilidad del proyecto con “una política de largo aliento que asegure la preservación y conservación de zonas de valor ambiental en el marco de la crisis climática”.

La petición a Semarnat fue que negara la autorización de cambio de uso de suelo a Grupo Xcaret, que tiene otros grandes polos de turismo internacional en la llamada Riviera Maya y en Valladolid, con riesgos a reservas acuíferas.

El proyecto contemplaba construir nueve hoteles de 18 niveles, excavar el suelo a 36 metros de profundidad para construir elementos artificiales como una cascada de casi 60 metros, un cañón y hasta un edificio al que se nombra como “La Catedral”.

De acuerdo con los documentos presentados por la empresa, también se contemplaba desarrollar más proyectos turísticos y espacios residenciales a lo largo de 100 años de operación en la zona, que implicaría mayores impactos ambientales futuros.

La organización internacional fundada en 1971 en Vancouver, Canadá, considera que el desistimiento de Grupo Xcaret es “un reconocimiento del poder de la gente y la prensa que siguió con preocupación este tema.

Carlos Samayoa, campañista sobre la selva maya de Greenpeace México, celebró que este proyecto de urbanización de la selva haya dado un paso atrás, gracias a que la ciudadanía está atenta a lo que sucede.

“Los medios de comunicación mostraron una gran preocupación al difundir nuestras alertas, y esto tuvo un efecto positivo que nos ha permitido romper con esa oscuridad en la que se envuelven las empresas que buscan inmensos beneficios económicos a costa del medio ambiente”, comentó Greenpeace.

El lugar en el que se pretendía construir está dentro de una zona de influencia del Área Natural Protegida denominada Reserva Estatal Biocultural del Puuc, nombre de un tipo de arquitectura de la cultura maya.

El estilo Puuc usaba concreto revestido en muros y bóvedas, recubierto con piedras de cantos finamente labrados, con esculturas geométricas tipo mosaico en los paramentos superiores, y máscaras narigudas sobre puertas y esquinas, como la ciudad maya de Uxmal.

Los ecologistas rechazan la urbanización de la llamada Selva Maya, el pulmón verde mexicano en la península de Yucatán, que crece sobre una delgada capa vegetal sobre roca caliza, hábitat del jaguar, especie amenazada de extinción.

La construcción de 1.550 kilómetros de vías ferroviarias del turístico Tren Maya, ha desencadenado una intensa construcción de infraestructura en las reservas selváticas de la biósfera y en territorios de comunidades indígenas. (Sputnik)

Fuente:https://noticiaslatam.lat/

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